Para celebrar que el Cheguzán de Milanesa es el segundo plato más elegido del país, hoy te vamos a enseñar como se hace la verdadera Milanga Tucumana. Este romance gastronómico que sobrevive a los cambios de época llevó a varias generaciones de padres y madres a mejorar la receta y crear este gran plato reconocido a nivel nacional .
Hoy te acercamos los secretos de la Mejor receta, aquí todos los secretos:
Ingredientes:
- – Milanesa de nalga o cuadrada 500 g.
- – Sal, pimienta y mostaza.
- – Perejil.
- – Huevos 4 unid.
- – Ajo.
- – Pan rallado.
- – Aceite para freír c/n.
- – Papas fritas listas.
Para el pan:- – Lechuga.
- – Tomate.
- – Cebolla.
- – Sal y aceite .
Procedimiento:
1. Colocar los huevos en una fuente, salpimienta mostaza perejil ajo colocar la carne dejarla por lo menos 30 minutos si tenés tiempo de un día para otro así toma bien los sabores, luego pasar por pan rallado llevar a la heladera a darle frío y luego freír en abundante aceite
Tips Para una buena milanesa: Lo primero, la carne. Por supuesto, la calidad de la carne determinará el resultado final de la milanesa perfecta o no y los distintos cortes que solemos usar. Hay gente que entra a la carnicería y simplemente pide: “dame un kilo de milanesas” y el carnicero corta en función de lo que le conviene vender. Pero si estás atento, sabrás que no es lo mismo una milanesa hecha con bola de lomo, nalga, cuadrada o peceto. Cada corte pedirá limpiar grasitas, sacar tejidos o incluso “golpearlo” con martillo para tiernizar.
En orden de terneza y laburo, peceto, nalga, bola de lomo y cuadrada. El precio cambia, claro. El grosor importa. Lo ideal es pedirle al carnicero que las cortes normales, de medio centímetro o, si te gustan, más gruesas para poder apreciar el sabor de la carne. Si son muy finitas, se perderán en el mar de pan y huevo y te acordarás de las que sirven secas y desabridas e. ¡Horrible cuando mordés la milanesa y te das cuenta que es puro pan!
Si te animás a cortarlas desde la pieza entera, genial, pero tené en cuenta que debes contar con un cuchillo filoso y cuidar que no se te desvíe el corte, así te quedan todas del mismo espesor. Los sí y los no del martillo. ¿Quién no recuerda a su abuela darle a la pobre milanesa con un martillo de madera o metal? Eso pasaba mucho cuando el corte tenía mucho nervio y había que “estirar” la carne para que se ablandara y también para que la milanesa fuera más grande. Es una técnica antigua que pocos usan hoy, pero válida. Ojo, si le das mucho y la dejás como una feta de jamón, ya hablamos, no se percibirá su sabor en la mordida y chau milanesa perfecta. Decile sí al freezer.
Es bastante común guardar en el freezer las milanesas crudas, pero ya apanadas. Si sos de los que guardan la carne cruda sola, entonces cuando la descongeles en la heladera vas a observar que largan mucho líquido. Es importante que seques bien cada milanesa, porque la humedad es uno de los factores que hacen que luego la carne se separe del pan.
2. Poné huevos. El sabor de las milanesas va en el huevo, esa es la posta, así que es el momento para agregar ajo, perejil, sal, pimienta y algunos le ponen mostaza. No hay nada peor que una milanesa sin sal, así que sé generoso. Otra cosa: si batís los huevos sin ganas, cuando pases la milanesa se bañará de forma despareja y el pan se prenderá mal en la superficie.
Así que dale nomás al batidor, sin miedo hasta que quede una mezcla homogénea. El secreto es pasar la carne por el huevo condimentado y dejar escurrir el excedente, porque lo que chorree sobre el pan se convertirá en grumo en la cobertura y eso no está bien en la vida ni es de milanesa perfecta. Apanado ¿doble o simple? Acá te quiero ver… El manual de la cocina tradicional dice que la ecuación es la siguiente: harina, huevo, pan, huevo, pan. Hay quien gusta del doble apanado y quién no. Es un debate neurálgico del mundo de la milanesa perfecta, equivalente a aquel clásico de ponerle antes o después sal al asado. Hacer presión. Viste cuando te dicen: “no lo fuerces, dejá que la cosa fluya”… bueno, acá no va. El secreto para que el pan se adhiera bien a la carne es hacer presión. Vamos, vos podés.
3. Al frío, claro que sí. Ya tenés apiladas las milanesas, mandalas a la heladera mínimo media hora. ¿Por qué? Porque la norma dice que todo lo que entra en aceite caliente debe estar frío. Ese contraste de temperatura hace que se sellen rápido y absorban menos aceite.
4. Calentas aceite y cuando este en su punto metemos a freír las milangas
¿Qué aceite? Girasol, mezcla, de maíz. Uno bueno que no imprima demasiado sabor. Cuando terminás de freír, déjalo enfriar, luego lo colás bien para que no queden impurezas y lo podés guardar en una botella limpia para usarlo dos veces más.
Para el pan, te recomendamos comparar pan sanguchero ( no viene con la cocción crocante), antes de armarlo deberás pasarlo por la tostadora para darle ese toque de crocante que necesita.
Armas cortantdo el pan a lo largo, solo de un lado del mismo lado, colocas la mila, luego le agregas lechuga, tomate, los aderezos, un poco de sal si gustas y por último cebolla y el picante
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