«Yo estoy con un problema. Mi hijo tiene cuatro años, pero parece de cinco, y hacemos colecho. Muchos dicen que se van cuando aparece el nuevo bebé… Hay que tener otro, así se va Valentín», contó, entre risas, ¿lanzándole una indirecta a Chato?
Buena onda, Lissa le dijo que no se preocupara, que ella está pasando por lo mismo. «A la de siete años tampoco la puedo erradicar de mis aposentos…», cerró divertida.

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